Cuando conocí el Higienismo hace ya 37 años me pareció una filosofía de vida extraordinaria ya que me enseñaba a estar sano de forma natural respetando las necesidades del cuerpo físico, potenciando su poder autocurativo entendiendo sus procesos purificadores-sanadores. Sin embargo, a medida que transcurrían los años, me daba cuenta que la gran mayoría de los expertos higienistas históricos como actuales no tenían ni tienen en cuenta nuestra naturaleza espiritual.

Entender al ser humano solamente desde su lado material es quedarse corto. Bien es cierto que ya muchos higienistas profesionales tienen en cuenta la mente y las emociones de las personas para ayudarles a mejorar su salud pero no es suficiente ya que es imprescindible tener presente su aspecto espiritual.

Sí, efectivamente, somos SERES ESPIRITUALES que en esta vida estamos en un cuerpo físico con el que podemos experimentar para EVOLUCIONAR. Ser espiritual significa que procedemos de un MUNDO ESPIRITUAL cuya dimensión no es visible por nuestros ojos físicos pero no por ello inexistente.

El Mundo Espiritual está inmerso en El UNIVERSO o EL GRAN TODO cuya ENERGÍA es de ABSOLUTA SABIDURÍA, LUZ y AMOR que lo ABARCA TODO. Cada partícula está formada por esta energía, incluidos nosotros. Venimos a la Tierra para aprender sobre la ENERGÍA y el AMOR. Para ese fin, tenemos experiencias para expiar errores pasados y aprender lecciones imprescindibles para seguir evolucionando.

Evolucionamos, aunque muchas veces no lo parece a tenor de la negatividad reinante, ya que existe LA LEY CÓSMICA DE EVOLUCIÓN Y PROGRESO la cual nos dice que toda partícula evoluciona. Pero, ¿por qué tenemos que evolucionar? Es como cuando estás estudiando en un colegio. Para pasar de curso (evolucionar) es necesario aprobar el curso anterior y finamente llegar a la meta de la selectividad para entrar en la universidad. Lo mismo sucede como seres espirituales. Los cursos son diferentes vidas donde una vez que aprendemos las lecciones pertinentes pasaremos a otros mundos más avanzados para que cada vez seamos expertos en la ENERGÍA y el AMOR. Ser expertos en ello hace que seamos instrumentos perfectos para AYUDAR a los demás.

Tras lo dicho, tal vez te preguntes, ¿de qué me vale ser consciente de que soy un ser espiritual para ser feliz y estar sano? Si eres consciente de que eres un ser espiritual te esforzarás en cultivar en ti VALORES ÉTICOS como el perdón, el altruismo, la sinceridad, la empatía, la misericordia, la compasión, la honestidad, la honradez, el amor, la paz, la no posesividad, el respeto, etc. Y, además, serás consciente de la impermanencia de las cosas, que estás aquí para evolucionar y la felicidad auténtica, es una actitud interior.

Las personas que están muy atadas a la vida material no suelen ser felices porque su felicidad depende de cosas impermanentes. Tampoco son felices aquellas personas que están llenas de odio, rencor, ira, rabia, deseos de venganza, posesividad, incapaces de perdonar. Esta vibración de baja frecuencia energética suele pasarles factura en el plano físico y emocional, enfermando y pudiendo reducir su esperanza de vida. Las células del organismo se debilitan en esa frecuencia funcionando peor. Se puede tensar el cuerpo, sus órganos, debilitándose y disminuyendo su energía vital.

Hay personas que cuando cuento esto me dicen que no es verdad porque hubo nazis que vivieron más de 90 años. Los nazis fueron asesinos, torturadores y malvados por lo que su energía era muy mala y, por tanto, deberían haber tenido enfermedades graves y morir pronto. Ante ese argumento, yo respondo a esas personas que argumentan lo anterior que desde nuestro raciocinio puede que debería haber sido así, es decir, seres humanos (espirituales) con tan como evolución deberían haber sufrido enfermedades muy graves y haber vivido poco. Sin embargo, no tenemos todos los factores (físicos y espirituales) de esa persona (ser espiritual) que hizo de papel de nazi para concluir que se merecen lo peor. La gran mayoría de los nazis que llegaron a edades avanzadas murieron en la cárcel ya que se les impuso penas de cadena perpetua. Esta pena pudo provocarles un gran sufrimiento. A nadie le gusta estar en la cárcel. Muchos de ellos tuvieron enfermedades graves. Y cuando murieron (desencarnaron), la vida sigue en el mundo espiritual, la SABIDURÍA DIVINA a través de la LEY CÓSMICA DE CAUSA Y EFECTO , les informó de sus errores que deben corregir para evolucionar y del tremendo dolor que provocaron en los demás.

No es lo mismo fluir por la vida siendo consciente de que eres un ser espiritual y por ende también los que te rodean que fluir creyendo que sólo eres carne y hueso y estás aquí para conseguir cosas materiales y que cuando más tienes más vales.

Cuando interactúes con los demás, ten presente tu y su naturaleza espiritual. Así la vida será más valiosa, más feliz y tendrá más sentido.

EL VERDADERO TRABAJO ES EL TRABAJO ESPIRITUAL

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